Fotografío espacios no solo por cómo se ven, sino por lo que transmiten. Con una formación en diseño, abordo la fotografía como algo más que documentación: es una forma de mirar.

Antes de disparar, me gusta observar. Escuchar el ritmo del espacio, entender qué quiso decir quien lo diseñó. Me atrae el silencio de la arquitectura, la textura de los materiales, la intimidad de los rincones habitados. Busco ese diálogo entre estructura y suavidad — la manera en que la luz se desliza por una pared, o cómo las sombras se alargan al transcurrir las horas.

Como fotógrafa, traduzco esos detalles silenciosos en narrativas visuales.

Colaboro de cerca con arquitectos, diseñadores y creativos que sienten un profundo respeto por lo que hacen. Juntos honramos la integridad del espacio, creando imágenes que reflejan no solo cómo luce un lugar, sino cómo se percibe.

Al final, mi lente no trata solo de la forma — trata de conexión.
Entre la visión y quien la observa.
Entre el diseño y la emoción.
Entre el mundo construido y la forma en que lo habitamos.